lunes, 26 de marzo de 2012

Contra la experimentación con animales, desde una perspectiva científica.


Contra la experimentación con animales, desde una perspectiva científica.


Hay un movimiento creciente de profesionales de la salud, entre ellos médicos y científicos, y de ciudadanos educados que se oponen a la experimentación con animales por razones específicamente médicas y científicas.



Existe en nuestra sociedad una percepción predominante de la necesidad de la experimentación con animales para desarrollar vacunas, remedios y tratamientos para las enfermedades humanas. Los proponentes preguntan ¿qué pasará con la investigación sobre el SIDA, el cáncer y las enfermedades de corazón, por ejemplo, si se acaba completamente con la investigación animal? ¿Se acabará también el progreso en el desarrollo de tratamientos y remedios para estas enfermedades?
Hay un movimiento creciente de profesionales de la salud, entre ellos médicos y científicos, y de ciudadanos educados que se oponen a la experimentación con animales por razones específicamente médicas y científicas. Afirman que la investigación con animales está basada en una idea falsa: que los resultados obtenidos de animales no humanos se puedan aplicar al cuerpo humano. Las reacciones de los animales a los drogas, las vacunas y los experimentos no sólo difieren de las de los seres humanos, sino que difieren de especie a especie. No tener en cuenta esta diferencia profunda ha sido y sigue siendo muy costoso para la salud humana.
El ejemplo más infame de los peligros de los experimentos con animales es la tragedia de la Talidomida de los años 60 y 70. La Talidomida apareció en el mercado al final de los años 50 en Alemania, después de ensayos realizados en miles de animales para comprobar su seguridad. Fue vendida como un sedante para las mujeres embarazados o lactantes con la garantía de que no le hacía daño ni a la madre ni al bebé. Pero a pesar de las pruebas de seguridad, por lo menos 10,000 niños de madres que tomaron la Talidomida nacieron con deformidades severas.

"He estudiado la cuestión de la vivisección durante 35 años y estoy convencido de que los experimentos con animales están apartando cada vez más a la medicina de la cura real del paciente. No conozco ninguna instancia de un experimento con animales que haya sido necesario para el avance de la ciencia médica, ni mucho menos un experimento con animales que pueda ser necesario para salvar una vida humana". - H. Fergie Woods, M.D. 

El Clioquinol es otro ejemplo de una droga cuya seguridad fue probada en los animales y que resultó tener un impacto muy negativo en los seres humanos. La droga, fabricada en los años 70, fue vendida como un remedio seguro para la diarrea. El Clioquinol no solamente no funcionó contra la diarrea, como se prometió a los pacientes, sino que de hecho acentuó los síntomas. A causa de la dispensa del Clioquinol al público, 30,000 personas se quedaron ciegos y/o paralíticos y miles más murieron.
¿Son estos dos ejemplos simplemente casos aislados? Aunque los productos farmacéuticos son probados rutinariamente en los animales, el Journal of the American Medical Association asegura que 100,000 pacientes por año mueren a causa de medicamentos recetados y que más de dos millones son hospitalizados con complicaciones muy serias a causa de los mismos. El British Medical Journal reveló que cuatro de cada diez pacientes que toman un medicamento recetado sufrirán efectos secundarios perceptibles o severos. Además, numerosos observadores clínicos concuerdan en que la incidencia de la iatrogénesis   (la enfermedad causada por los médicos) es tan prevaleciente que aproximadamente uno de cada diez camas de hospital está ocupada por un paciente enfermado por su médico.
Evidentemente, para lograr el progreso médico, necesitamos probar otra vía. La medicina ya no puede basarse en la medicina veterinaria. Es fraudulento y peligroso aplicar datos de una especie a otra. Hay ejemplos sin fin de las diferencias entre los seres humanos y otros animales.
1. PCP es un sedante para los chimpancés. 
2. La penicilina mata a los gatos y a los conejillos de Indias, pero ha salvado muchas vidas humanas. 
3. La morfina es un sedante para los seres humanos pero una estimulante para los gatos. 
4. El arsénico no es venenoso para las ratas, los ratones ni las ovejas. 
Cuando la investigación animal sea abolida, la enorme cantidad del presupuesto federal que se gasta en ella (mucho más de cinco mil millones de dólares por año sólo para el Instituto Nacional de la Salud) podría invertirse en la prevención y la investigación clínica que realmente tienen posibilidades de mejorar la salud humana. 

|Fernando Cabrera Díaz|
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

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